Miel

La miel es un líquido dulce y pegajoso producido por las abejas y otros insectos a partir del néctar recolectado de las flores.  Se utiliza para el consumo humano como edulcorante y en algunos productos alcohólicos, como el hidromiel. 

El pH típico de la miel es de 3,9, lo que ayuda a inhibir el crecimiento microbiano. El punto de fusión de la miel cristalizada oscila entre 40 °C y 50 °C (104 °F y 122 °F). La gravedad específica es de alrededor de 1,4 y la viscosidad oscila entre 1300 cPs a 40 °C (104 °F) y 14 000 cPs a 20 °C (68 °F). 

Las bombas de desplazamiento positivo son ideales para bombear miel debido a su capacidad para manejar fluidos viscosos con precisión y cuidado. A diferencia de las bombas centrífugas, que dependen de impulsores de alta velocidad que pueden alterar y degradar los fluidos viscosos, las bombas de desplazamiento positivo utilizan engranajes, rotores lobulados o pistones circunferenciales para mover el líquido a una velocidad constante y controlada. Esto garantiza que se conserven las propiedades naturales, la textura y la calidad de la miel sin aireación ni cizallamiento. Estas bombas proporcionan un caudal constante independientemente de los cambios de viscosidad de la miel, y el caudal es directamente proporcional a la velocidad de la bomba, lo que permite una dosificación precisa y un procesamiento eficiente en aplicaciones comerciales. Su diseño higiénico permite limpiarlas in situ o desmontarlas para limpiarlas según sea necesario, lo que las convierte en la opción preferida para mantener la integridad de la miel durante su procesamiento.

Viking en el proceso

En el caso de la miel cruda (sin procesar), las bombas Viking se utilizan para transferir la miel desde el extractor a un colador para filtrar cualquier resto de cera de abeja o partes de abejas, y luego al envasado.

En el caso de la miel comercial, las bombas Viking se utilizan para transferir la miel cruda desde camiones cisterna al almacén, luego a través de un intercambiador de calor o un tanque calentado donde se calienta para reducir la viscosidad, y luego a través de coladores para eliminar las partículas grandes, y finalmente a través de un filtrado fino, a menudo microfiltrado, para eliminar los granos de polen. A continuación, las bombas Viking trasladan la miel filtrada a través de un pasteurizador para matar las células de levadura y disolver los cristales de azúcar, y finalmente a través de un intercambiador de calor para enfriarla y pasar al envasado o al transporte a granel.

Las bombas Viking también se utilizan en plantas de procesamiento de alimentos para dosificar la miel en el proceso de producción.