Amoníaco

Las bombas de desplazamiento positivo son ideales para transferir amoníaco debido a su control preciso del flujo y su capacidad para manejar las propiedades únicas del fluido. El amoníaco es una sustancia volátil y corrosiva que requiere una manipulación cuidadosa para garantizar la seguridad y la eficiencia en aplicaciones industriales. Las bombas de desplazamiento positivo, como las bombas de engranajes, proporcionan un flujo constante independientemente de las variaciones de presión, lo que es crucial para mantener la estabilidad y la eficiencia en los procesos de transferencia de amoníaco. Su diseño robusto permite un funcionamiento fiable incluso cuando se trata con la naturaleza abrasiva y corrosiva del amoníaco. Además, estas bombas pueden manejar la baja presión de vapor y la alta volatilidad del amoníaco, minimizando el riesgo de fugas y garantizando un transporte seguro en entornos industriales. En general, la fiabilidad, la precisión y las características de seguridad de las bombas de desplazamiento positivo las convierten en la opción preferida para manejar las transferencias de amoníaco.
 

Viking en el proceso

En los sistemas de refrigeración por compresión de vapor de amoníaco, el amoníaco líquido de los serpentines del evaporador absorbe calor y parte de él se convierte en gas antes de la recompresión. Las bombas Viking «sobrealimentan» el evaporador para garantizar que el amoníaco de los serpentines del evaporador sea líquido, lo que es más eficiente para eliminar el calor que el gas. La serie Viking 4924A™ extrae el amoníaco líquido de un acumulador y lo bombea al evaporador y de vuelta en un circuito cerrado. El amoníaco líquido y gaseoso se separan en el acumulador y el gas se recomprime y fluye hacia el condensador, donde rechaza el calor, luego a un receptor y de vuelta al acumulador en un circuito cerrado. Las bajas velocidades de las bombas Viking permiten un NPSHr muy bajo para evitar la evaporación y la cavitación. Su alta eficiencia, con motor refrigerado por aire, casi no añade calor al sistema, lo que aumenta la eficiencia general de refrigeración.